Zbigniew: fue fiel al ideal evangélico

Zbigniew: fue fiel al ideal evangélico
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En 1981, los frailes Zbigniew Strzałkowski, Zbigniew Swierczek, Ricardo Sliwka, Cristóbal Kukułka y Zdzisław Kijas inauguraron el Movimiento Ecológico de San Francisco de Asís, poco después de que el papa Juan Pablo II hubiera proclamado a San Francisco Patrón de los ecologistas. Dicho movimiento organizaba expediciones ecológicas a los montes Tatra, a los alrededores de Poznan; preparaba exposiciones, como aquella que se titulaba “San Francisco, celestial Patrón de los ecólogos”. Zbyszek, propagaba la conveniente valoración de la dolomita y la sana alimentación; un día, decidió cocer pan ecológico para toda su comunidad religiosa.

Cada año presentaba una solicitud para la renovación de su profesión temporal, que siempre fue acogida positivamente. El 29 de septiembre de 1984 emitió los votos solemnes. Un poco más tarde, en una petición escrita acerca de su futuro destino pastoral, expresaba lo siguiente: “Cuando pedía ser admitido en la Orden, hablé de mi disponibilidad para trabajar en las misiones. Ahora, habiendo hecho mi profesión de votos solemnes, renuevo mi voluntad de ser misionero”

El primer destino pastoral del joven sacerdote Zbigniew fue el Seminario Menor de Legnica, del que fue nombrado vicerrector. Allí vivían y estudiaban varias decenas de jóvenes que hacían sus estudios secundarios y, al mismo tiempo, reconocían y fortalecían su vocación para la vida religiosa.

“No podía pasar indiferente junto a otra persona, siempre acudía en su ayuda tanto en lo pequeño como en lo grande. Se preocupaba principalmente por los débiles y los enfermos que muchas veces no sabían cómo arreglárselas en la vida. También ofrecía su tiempo a la gente más bien distante con respecto a la Iglesia y a los sacerdotes. Gracias a su carácter fuerte y a su decisión, conseguía romper las barreras, siendo, al mismo tiempo, un soñador como Francisco. Soñaba con una caridad perfecta entre los hombres. Veía la hermosura de la naturaleza, la armonía del universo, se admiraba del trabajo humano”. (Testimonio de Dorotea Wieczorek, de Legnica).

En mi memoria, Fr. Zbigniew permanece como una persona concisa, sincera, con sentido de humor y con una gran bondad de padre. No dejaba sin terminar los trabajos iniciados; cuando alguien le pedía un favor, no se lo negaba. Era muy sensible a la verdad, la gente le tenía confianza. Era práctico en sus actividades y siempre sabía encontrar alguna ocupación útil. Impregnado de una santa piedad, enseñaba la doctrina cristiana, siempre de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia. Fue fiel al ideal evangélico; no se asustaba del mal ni del sufrimiento. Era un hombre de pocas palabras, amable, discreto; creaba un clima de confianza y seguridad. Nunca perdió la sencillez de carácter, formado en su hogar, en Zawada.

Fuente: GOGOLA Z. OFM Conv., La vida que nace del martirio. Los misioneros franciscanos conventuales en Perú, Palencia 2005. ( Publicado en Mar Adentro, mayo 2015)


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