Roma, 07 de agosto de 2021
Saludo del Ministro general
En ocasión de los
XXX Años del Martirio de los Beatos
Fr. Miguel Tomaszek y Fr. Zbigniew Strzalkowski
OFMConv
Su Excelencia, Mons. Ángel Francisco Simón Piorno, obispo de Chimbote; Ministro Provincial, Fr. Marian Gołąb OFMConv; Fray Jacinto Lisowsky, Delegado, y demás frailes de la Delegación provincial de los Hermanos Menores Conventuales del Perú; Peregrinos al lugar del martirio de Fr. Miguel Tomaszek y Fr. Zbigniew Strzalkowski, Feligreses de la Parroquia «Señor de Mayo» en Pariacoto, les envío mis cordiales saludos y deseos de Paz y Bien.
Resuena aun en mi memoria el momento en el cual, treinta años atrás, fue anunciado en la comunidad donde yo vivía, la noticia del asesinato de nuestros hoy beatos Miguel y Zbigniew; anuncio acompañado entonces por sentimientos de dolor, indignación y tristeza. Sin embargo, el transcurrir del tiempo fue desvelando el grandísimo don del martirio que estos acontecimientos contenían; martirio reconocido inmediatamente por el pueblo de Dios y, luego de un prudente proceso, por la máxima jerarquía de la Santa Iglesia.
Durante el Vía Crucis preparado para la Beatificación del 5 de diciembre de 2015, se nos regalaban algunas citaciones bíblicas que deseo repetir en esta carta de homenaje, a saber: las palabras de Jesús “habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin” (Jn 13,2) y “no hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn 15, 3); además, la sincera y profunda expresión de San Pablo: “estoy crucificado con Cristo, y ahora no vivo yo, sino que Cristo vive en mí” (Gal 2, 20). ¿Puede describirse mejor la heroica y amorosa actitud de estos misioneros? ¿Puede hacerse un mejor homenaje a estos mártires, que el referirles las mismas palabras de Cristo y de su apóstol Pablo?
Ellos han vivido en sí mismos el amor pascual, sea durante la vida, sea en el modo de morir. Por ello hoy forman parte del Coro Glorioso de los Mártires que alaba a Dios en el Cielo, y desde allí son una esperanza para nuestro peregrinar, tantas veces difícil.
La misión de Jesús en Pariacoto, es decir, la misteriosa disposición divina, requiso el sacrificio de la vida de dos hijos de San Francisco de Asís, quien ocho siglos atrás había pronunciado las siguientes palabras después de haberse enterado de la muerte de los primeros frailes misioneros en Marruecos: “¡Ahora puedo decir con verdad que tengo cinco verdaderos hermanos menores!”.
¿Qué más quisieran decirnos los Beatos Fray Miguel y Fray Zbigniew, quienes por su origen eran hijos de Polonia, mas por la vocación han llegado a ser franciscanos y por el desenlace de su vida ya son los primeros Mártires peruanos? Estoy convencido que “a los Santos no sólo se los debe admirar por sus milagros, sino por su fidelidad a Dios hasta la muerte”. ¡Sean ellos ejemplo e inspiración para nosotros!
Agradeciendo a Dios por todos los Misioneros de la Provincia de «San Antonio de Padua y Beato Jacobo de Strepa» de Cracovia-Polonia, que han dedicado o dedican su vida a la proclamación del Evangelio en las tierras peruanas, a los frailes peruanos que Dios y los mártires han querido darnos, y a todos ustedes reunidos en Pariacoto por el XXX Aniversario de la Muerte de los Beatos Miguel y Zbigniew, les envío mi bendición y les aseguro mi oración. ¡Qué el Señor les dé la Paz!
Fray Carlos A. TROVARELLI
Ministro general
