“Zbyszek permanece en mi memoria como un joven lleno de entusiasmo que sabía muy bien lo que buscaba en la vida- nos dice la hna. María. Era una persona de carácter resuelto, decidido, sacrificado; siempre podíamos contar con él. Su postura irradiaba madurez, trataba la vida en serio, se interesaba por todo, le gustaba investigar. En los encuentros juveniles, a los cuales asistía también D. Pablo Sliwa, Zbyszek proponía los temas que formaban parte de su vida. Nosotros nos veíamos enriquecidos, porque aportaban un matiz positivo a nuestra vida cotidiana. En aquella época, organizaban representaciones teatrales, en las cuales Zbyszek cumplía una función muy importante, se empeñaba en organizar todo hasta los más mínimos detalles, animando también a sus compañeros a una activa participación”
Los estudios secundarios fueron coronados con un examen final aprobado por Zbyszek en el Establecimiento de las Escuelas Mecánico-Eléctricas de Tarnów (calle Szujskiego, 13) en el año 1978. Una tía suya, Cecilia Strzałkowska, hermana de su padre, Dra. en Física, al ver que su sobrino estudiaba muy bien, que era inteligente y muy capacitado, intentó convencerlo para que iniciara una carrera universitaria en el Politécnico de Cracovia. Pero Zbyszek no aceptó la propuesta, poniendo como excusa que los estudios serían demasiado prolongados.
En el fondo, estaba tomando conciencia de su vocación.
Aproximadamente durante un año, Zbyszek se dedicó a trabajar en Tarnów y luego, por poco tiempo, en el Centro Nacional de Maquinaria, en Tarnowiec. Fue un trabajador responsable. Sus compañeros decían que estaba dotado de un “sentido técnico”. ¿Por qué se marchó de allí? Se puede suponer que por motivos de una continua tensión y de un trabajo excesivamente agotador. Sin embargo, la causa más evidente era que no se sentía a gusto; en medio de sus propias inclinaciones y tendencias interiores, se preguntaba si era éste el lugar en que debía estar y si era esto a lo que quería dedicar toda su vida.
Una revista informativa Tarnowski Magazyn Informacyjny del 29 de agosto de 1991, poco después del martirio de Zbigniew, publicó un artículo de Juan Pieszczoch en el que éste recordaba a su compañero de trabajo. Le comentaba al periodista: “Zbyszek era un obrero honrado y servicial. Al abandonar el trabajo, no nos había dicho nada sobre su decisión de entrar en la vida religiosa. Poco después, le siguió una compañera nuestra, proveniente de la misma localidad que Zbyszek Strzałkowski”. Cuando los empleados del Centro Nacional de Maquinaria se enteraron de que Zbyszek había ingresado en una Orden religiosa, todos sintieron mucha pena y decían que, al encerrarse en una celda del convento, se estaba “arruinando la vida” siendo un joven tan simpático y alegre.